conservadoras o reprimidas que las otras. Dicha libertad es condenable, según parece, y castigada por la policía con la violación. El odio de Chamorro hacia las mujeres de izquierda es tal que le agrega un insulto al insulto con el adjetivo complejo de mierda y las trata como si fueran prostitutas.De hecho, a veces, los policías meten en la misma bolsa a los zurdos y a las prostitutas, como se observa en una cita anterior, cuando Don Benavídez, policía jubilado, afirma que "Nada hay más jodido que zurdos y putas".En otros casos, zurdo se confunde con judío y ambas palabras se sintetizan en otra, bolche: "[Daiana] Tenía que pensar en este viejo zurdo y judío. ¿Qué dijo Don Benavídez de los zurdos y de los judíos? ¿De los bolches?" (Rivera 2006: 84). Esta generalización según la cual los judíos serían zurdos o bolches se explica por la inmigración a Argentina de numerosos judíos bolcheviques perseguidos por el contrarrevolucionario Ejército Blanco (llamado también Guardia Blanca) durante las revoluciones rusas al principio del siglo XX. Fuesen cuales fuesen los países de origen de aquellos inmigrantes, todos eran llamados rusos. Así, Lucas (el hijo de Don Benavídez y hermano de Daiana) se refiere a Arturo Reedson como al "zurdo, el ruso e'mierda" (110), cuando en realidad éste nació en Argentina de un padre polaco y de una madre ucraniana.En Kadish, los tres términos aparecen como sinónimos: "A veces, decir de alguien que es judío, equivale decir que es bolche o zurdo." (Rivera 2011: 11) declara el narrador, Abraham Roiter. Sin embargo, corrige enseguida la afirmación:Mao Tse Tung no era judío. Ho Chi Minh, tampoco. Pero los dueños de tierras y haciendas proclamaron que el judío clavado en una cruz unificó, con sus plegarias, a pobres y ricos, y que los sospechosos de emular a Espartaco, podían ser ametrallados, impune y virtuosamente, por sus pistolas.El zurdo en la narrativa tardía de Andrés Rivera Cuadernos LIRICO, 25 | 2023 Pero también llegaron, a este país, anarquistas ponebombas, socialistas alemanes, judíos bolches, gallegos republicanos y ultras. Ultraizquierdistas. Ultrasubversivos. Ultras contra todo lo bueno que se construyó aquí, en la patria que, gracias sean dadas a Dios y al maestro Juan Vucevitch 2 , defiendo todavía. Escribieron los alemanes, los judíos, los gallegos-contra-todo, libros, periodicuchos, volantes. Fundaron sellos fugaces y revolucionarios. Y lo que escribieron judíos, alemanes, españoles republicanos y anarquistas-contratodo, estallaba, en quiénes leían sus periodicuchos, panfletos, libros malditos, como una bomba. […] No iban a las canchas de fútbol, los judíos, los alemanes, los gallegos. No les interesaba el box, desde Luis Ángel Firpo para arriba y para abajo. No les interesaba el naipe. Ateos eran. Leían a Marx. A Lenin, leían. A Kropotkin y a Bakunin, leían. A escondidas, los leían. En la oscuridad, los leían.