Es notable el incremento de delitos protagonizados por jóvenes, siendo difícil distinguir entre la actividad delictiva propiamente dicha y un comportamiento desviado de costumbres, tradiciones, condicionamientos socioeconómicos, o el medio habitual en el cual se desarrollan desde sus primeros años de vida. Para conocer las percepciones y significado del contexto de procedencia de jóvenes en situación de encierro, se desarrolló una investigación cualitativa considerando las normativas del Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas. Se realizaron entrevistas con marco pautado a 28 varones y 4 mujeres alojadas en los centros socioeducativos del Área Penal Juvenil de la Provincia de Córdoba, Argentina. El análisis de la información se realizó a través de la Teoría Fundamentada (muestreo teórico, método comparativo constante) y Triangulación de investigadores. Los jóvenes del estudio integran familias del tipo extendida, donde surge la figura del padrastro. Las actividades de la familia, se dividen entre la escuela para los pequeños y laborales para el jefe de familia. Refieren buena relación familiar; confianza con hermanos, no aceptan puesta de límites. No han cumplimentado la escolaridad, por mala conducta, y/o falta de interés. Referido a sus amigos, diferencian según procedencia (escuela y/o barrio) y clase social. “La esquina” aparece como lugar de encuentro en el barrio. Los deportes surgen para el tiempo libre. Presentan experiencia laboral, incluyendo actividades ilícitas, de diferente significación: renta para adquirir sus gustos y/o ayuda familiar y como espacio de aprendizaje. Se describen bondadosos y solidarios, contraponiéndose a su accionar. Para el egreso de la institución, tienen expectativas relacionadas al trabajo formal, escolaridad y cambio de conductas motivada por afecto materno. Si bien estos jóvenes provienen de contextos diversos, la situación de encierro revela la construcción de cambios conductuales y anhelos, que al egreso serán condicionados por su contexto.