“…En las últimas décadas, las entidades reguladoras de la calidad e inocuidad de los alimentos, así como la comunidad científica, han mostrado gran preocupación por el incremento dramático de la resistencia a los antibióticos en bacterias de importancia médica y veterinaria, haciendo más difícil su tratamiento [3], [4], [5]. Se ha destacado una inminente relación entre el uso de antibióticos en animales y los residuos de estos en los productos cárnicos de consumo humano [4], [6], [7], [8]. La utilización de medicamentos antibióticos en forma desproporcionada en la producción animal puede resultar en la acumulación de trazas de estos en la carne u órganos de los animales, lo cual, a través de su consumo, puede generar un riesgos para la salud de los consumidores, entre los que se incluyen: el desarrollo de la resistencia a los antibióticos, problemas de hipersensibilidad, los cuales pueden variar desde un prurito, hasta un shock anafiláctico, toxicidad aguda, efectos mutagénicos, carcinogénicos, entre otros.…”