Bactericera cockerelli es una de las plagas más importantes en solanáceas en México. Su manejo se basa en el uso de insecticidas y recientemente se ha explorado el uso del parasitoide Tamarixiatriozae dentro de un programa de MIP, por lo que el objetivo del presente trabajo fue explorar la compatibilidad de insecticidas con este parasitoide. En este trabajo se evaluó, en condiciones de laboratorio (25 ± 2 ºC, 60 ± 5% H.R.), la toxicidad de azadiractina, spinosad, imidacloprid y abamectina sobre T. triozae y B. cockerelli. Los cuatro insecticidas resultaron tóxicos tanto para el psílido como para el parasitoide, aunque el grado de toxicidad dependió de la especie, insecticida, estado biológico específico, dosis y forma en que los insectos se expusieron a los productos. De acuerdo a la IOBC, la abamectina y el spinosad fueron los productos más tóxicos (categoría 3), mientras imidacloprid y azadiractina presentaron niveles bajos de toxicidad (categoría 1). Las ninfas del psílido fueron más tolerantes a los insecticidas que los adultos y la toxicidad se incrementó cuando los insectos se sumergieron directamente en los productos. El imidacloprid a dosis de 1.0 L ha-1 aplicado directamente sobre las pupas nulificó la emergencia del parasitoide. Spinosad fue el producto más persistente para el psílido y abamectina para el parasitoide, el efecto de ambos perduró hasta los 29 días. Por tanto, en condiciones de laboratorio ningún insecticida mostró compatibilidad con el uso de T. triozae al ser aplicados de manera simultánea, ya sea porque no fueron efectivos contra B. cockerelli durante el tiempo y forma de exposición (azadiractina e imidacloprid) o porque fueron muy tóxicos al parasitoide (abamectina y spinosad). En este trabajo se discuten algunas de las posibilidades de la combinación de estas estrategias de control, particularmente se indica la importancia de evaluar los productos bajo condiciones de campo.