“…Así, la formación de profesionales en los centros de educación superior, con énfasis en los emprendimientos, se convierte en una estrategia y una política educativa, así como productiva importante; además, se constituye en un instrumento privilegiado por cuanto persigue la construcción de un ideal humano mediante estrategias, medios, recursos (Vesper y Gartner, 1997;Monsalve, 2010;Saldarriaga y Guzmán, 2018;Zapata, Corredor y Mena, 2019;Lopes et al, 2021;Pita, Costa y Carrizo, 2021), con los que generan la adquisición de valores, creencias, conocimientos, actitudes, saberes, habilidades, entre otros aspectos (Calderón-Martínez, 2017), necesarios para promover el desarrollo de una cultura emprendedora basado en competencias para la intervención en el conjunto de iniciativas productivas.…”