“…Los argumentos teóricos y filosóficos en los que se apoya este artículo sobre lo que se entiende por una educación holística sistemática de cualquier programa curricular, para la formación integral de estudiantes, profesionales y de la ciudadanía en el sentido del ser, saber, hacer, adquirir conocimientos para lograr capacidades y habilidades; hacia el servicio social y transcender la innovación humana que transforme la sociedad. La educación-formación integral se asume centrada en el desarrollo humano integral sostenible, diverso y equitativo, a fin de promover la innovación social; desde los siguientes seis pilares básicos, apoyados en la ideología de Franco, 2004;López y Rodríguez-Arias, 2010;Nussbaum, 2012;Ogaji, Kahiga, Gachuno, Mwangi, 2016;Rojas, 2013;Suárez, 2008;Tobón, López y Ramírez, 2013): 1) en perspectiva de derechos humanos esenciales; 2) el perfeccionamiento humano en el autocuidado y cuidado colectivo en lo ontológico, social, biopolítico-económico, tecnológico, ecología humana y ambiental; 3) las metas de desarrollo humanitario y el desarrollo local (autonomía, autoestima, creatividad, solidaridad y felicidad), para tener resiliencia; 4) la tecnología; 5) el entorno medioambiental; 6) la construcción del plan de vida personal y colectiva. Es decir, los determinantes sociales de la acción biopolítica que inciden en la educación y en la salud integral.…”