“…Moraes, Braga Júnior y Lourenzani (2015), establecen que el consumidor contemporáneo ha establecido una serie de requisitos éticos hacia las empresas, a través de los cuales puede determinar lo que está bien y lo que está mal de acuerdo con su cultura, su estrato económico y nivel social (Braga Júnior, Veiga Neto & Moraes, 2014). Así se tiene una nueva perspectiva de consumo en la que las decisiones de compra establecen conexiones fuertes con la sostenibilidad, orientadas por aspectos ambientales, sociales y económicos (Moraes et al, 2015), y guiadas además por la tecnología, con la cual se genera un consumidor más informado y complejo en sus demandas (Kotler, Kartajaya y Setiawan, 2010). White et al (2019), consideran que la influencia social, la formación de hábitos, la individualidad, los sentimientos, la cognición y la tangibilidad en cuanto a la visibilidad de los esfuerzos del consumidor, se combinan para fomentar comportamientos de consumo más sostenibles, además de las actitudes y expectativas (Ramírez, et al 2014), sus sistemas de valores (Vinson et al, 1977) y la información de la cual disponen.…”