“…El tipo de escritura que necesita la formación que aspira a cultivar una relación fructífera entre experiencia y saber es una escritura personal-reflexiva (Contreras, 2013), que involucra a quien escribe para estar presente con la propia subjetividad, poniéndose en juego Pañagua et al, 2019). Se trata de escribir en primera persona para dejarse transformar en el proceso de relatar una vivencia (Cifali, 2010); una escritura personal y reflexiva en tanto que se practica como una indagación de sí, que mantiene la presencia de quien escribe, que se siente parte del relato y que le posibilita ir buscando el sentido de lo que ha sucedido y cómo eso le afecta (Cabrera y Fuentes, 2016). En última instancia, con ella "intentamos poner lo vivido en relación con lo que nos hace pensar, lo sentido con el intento de captarlo, lo pasado con lo que nos sentimos llamados a hacer" (Contreras, 2013, 14).…”