Este artículo evalúa de forma crítica una vieja hipótesis de la Prehistoria de la península ibérica que ha quedado sin refutar: la que relaciona los sitios de Cogotas I (1850-1100 cal AC) con la trashumancia. Se propone un experimento en una amplia franja del occidente ibérico coincidente con la denominada Vía de la Plata: la medición con SIG de la distancia lineal entre 176 sitios de Cogotas I y las vías pecuarias, concebidas como síntomas materiales de hábitos inveterados. Los resultados, estadísticamente significativos con matices regionales, indican que casi un tercio de los casos –el 27,3 %– se encuentran a menos de 500 m. Evitamos relacionar esa proximidad con la trashumancia, la subordinación centro-periferia o el tráfico de objetos elitistas. Entendemos tal pauta como indicio del interés de los grupos estudiados, entre otras decisiones locacionales, por participar en la circulación de personas, animales y cargas, conforme al modelo de comunidades políticas paritarias (peer polity interaction).