“…En el modelo propuesto por Tomlin et al (1997) se explicitan cuatro dimensiones diferentes que, integradas, proporcionan el cumplimiento de los objetivos comunicativos del siguiente modo: a) gestión retórica, que consiste en la representación de una meta discursiva o intención comunicativa y que revela mediante la organización sintáctica los estados de progreso discursivo (Givón, 1992); b) gestión temática, que comporta estrategias cognitivas de multinivel para cumplir con las premisas de aceptabilidad y comprensibilidad subyacentes en la interacción comunicativa en tiempo real, en esta dimensión se organizan los temas y tópicos del discurso, asimismo, dicha organización es una tarea pragmática en la que se toman decisiones online para mantener la centralidad de tal o cual tema y la subordina-ción de los referentes que conforman los aspectos periféricos del discurso (Brown y Yule, 1983;Van Dijk, 1980) y que es el objeto de estudio en el presente trabajo; c) gestión referencial, que corresponde a la tarea de selección de aquellos referentes activos para el interlocutor, sea porque se los ha tratado con anterioridad en el discurso o, porque requieren de una introducción, por constituir información nueva. (Dik, cit.…”