“…No se trata de una actividad solidaria y no todas las experiencias de servicio se constituyen como un proyecto de A+S (Figura 4). Para que un proyecto de servicio se enmarque dentro de la estrategia A+S, debe incorporar: una dimensión académica, la cual tiene relación con que el servicio está diseñado a fin de facilitar el logro de resultados de aprendizaje globales y específicos en el marco de la asignatura en que se está ejecutando el proyecto de servicio, aprendizajes que deben ser activos, donde el estudiante aprende por medio de la propia acción reflexión, significativos, al conectar sus aprendizajes con conocimientos y experiencias previas, y contextualizados, a fin de integrar los aprendizajes con las metodologías y conocimientos propios de su futura profesión; una dimensión intelectual, la cual promueve el pensamiento crítico, creativo y lógico; una dimensión humana y social, la cual tiene que ver con el desarrollo de actitudes y valores que favorecen el desarrollo personal y social, desplegando una serie de cualidades orientadas al fortalecimiento de actitudes y valores para la vida en sociedad (CIESIELKEWICZ et al, 2017;PAREDES et al, 2017;JOUANNET et al, 2015). El A+S implica un beneficio bidireccional, donde todos los involucrados en el proyecto se ven beneficiados, de manera que, la visión tradicional del voluntariado orientada desde el "hacer para", es transformado por "hacer con", en la medida en la que tanto comunidad como estudiante reciben aprendizajes y un servicio (CIESIELKEWICZ et al, 2017).…”