“…Según esta perspectiva, procesos tales como la mayor apertura comercial e inversión extranjera, la adopción de instituciones que contribuyen a un marco normativo estable, y la mayor inversión en educación y salud contribuyeron al crecimiento con menor desigualdad (Edwards, 2010;López-Calva & Lustig, 2010;Acemoglu & Robinson, 2012). Otros estudiosos señalan que los procesos antes mencionados no parecen haber reducido la desigualdad en las tres últimas décadas (Atkinson, 2015;Cornia, 2004;Goldberg & Pavcnik, 2007;Piketty, 2014;Stiglitz, 2012). Algunos factores que impidieron este resultado son los siguientes: (i) la concentración de la propiedad de activos reales y financieros; (ii) la reducción del empleo productivo debido a su sustitución por tecnología o por el desplazamiento de procesos a otros países; (iii) en países desarrollados, los estados de bienestar se agotan debido al envejecimiento y se anuncian cambios paramétricos tanto en los beneficios como en la elegibilidad; (iv) en todas partes, el pago de premios al empleo de mayor o de alta habilidad genera cambios en la distribución factorial del ingreso; (v) sin embargo, en esta última, la participación de los sueldos y salarios en relación a las rentas de capital disminuyen, y finalmente (vi) existe evidencia de un impacto regresivo de los impuestos y de las transferencias.…”