“…Las razas de lana fina pueden soportar el calor (baja humedad), el frío y la sequía, y producir satisfactoriamente en condiciones difíciles, por lo cual tienen mayor probabilidad de reproducción independientemente de las condiciones agroecológicas. Algunas de las razas de lana para fines cárnicos son muy productivas cuando el suministro de alimento es amplio, y su época de reproducción es más restringida que la de las ovejas de lana fina (Castellaro, 2016; Rúa y Pabón, explotaciones intermedio, donde la actividad principal está dirigida a la producción de leche, productos procesados, para consumo local y para distribución regional, genética (reproductores) y en menor proporción la producción de carne (Vivas, 2013 El sistema de producción extensivo se caracteriza por utilizar biotipos criollos o sus cruces con razas mejoradas, se ubica en regiones de baja aptitud agrícola, zonas montañosas altas en la región andina, y zonas planas áridas de Santander, Cesar y la Guajira, donde el nivel tecnológico utilizado es muy bajo, limitado a las necesidades implantadas por la economía campesina y de algunas comunidades indígenas y en algunos casos ubicados en sistemas de explotación mixtos con bovinos, pero igualmente en sistemas extensivos y extractivos. En el caso del ovino de lana la actividad principalmente está dirigida a la producción de carne para el consumo local y lana para la producción de artesanías y en el caso de los sistemas de producción en trópico bajo se limita a la producción de carne y de pie de cría para otras explotaciones, se da principalmente en zonas de la costa norte donde se trabaja con un tipo de ovino criollo de pelo (Vivas, 2013).…”