“…Varias tesis incluyen también listados florísticos locales de epífitas; sin embargo, muchas de estas contribuciones son de difícil acceso público (Flores-Méndez, 2008;Gómez-Díaz, 2010;Gómez-Ortega, 2010;Hernández-Rojas, 2010;Morales-Linares, 2009;Pérez-Lugo, 2016;Pérez-Peña, 2007;Salazar-Rodríguez, 2010;Viccon-Esquivel, 2009). Además, hay listados estatales, incluyendo evaluaciones del estado de conservación de sus especies, para los géneros Peperomia (Vergara-Rodríguez et al, 2017) y Phlegmariurus (Armenta-Montero et al, 2015), así como para los helechos grammitidoides (Krömer, Acebey y Smith, 2013) y las familias Araceae (Krömer et al, 2019) y Marcgraviaceae (Palmas-Pérez et al, 2013). La utilización de técnicas de ascenso al dosel de los árboles permitió realizar inventarios más completos, lo cual ha conducido en algunos casos al descubrimiento de nuevos registros de bromelias, orquídeas y pteridofitas para el estado (Carvajal-Hernández et al, 2018;Castañeda-Zárate et al, 2012;Flores-Palacios y García-Franco, 2001;Gradstein et al, 2003;Guzmán-Jacob et al, 2020;Krömer y Gradstein, 2016;Krömer, Espejo-Serna et al, 2005;Krömer, Acebey y Smith, 2013 ;Krömer et al, 2015), e incluso de novedades para la ciencia como Monstera florescanoana (Croat et al, 2010), Werauhia noctiflorens (Krömer, Espejo-Serna et al, 2007) y 4 especies del género Peperomia (Jimeno-Sevilla et al, 2018).…”