“…Asimismo, un bajo nivel de sentido de vida se relaciona con desesperanza, depresión, dependencia a sustancias, conductas autolesivas y suicidio, entre otras variables indicativas de disfuncionalidad psicológica (García-Alandete, Marco & Pérez, 2014; Kleiman & Beaver, 2013). De la misma manera, varios estudios informan de una relación negativa entre el sentido de vida y algunos trastornos mentales, y relaciones positivas entre el sentido de vida y la salud mental, el funcionamiento psicológico, el optimismo, la satisfacción vital, la aceptación de la enfermedad y el bienestar psicológico, tanto en preadolescentes y adolescentes (Brassai, Piko & Steger, 2011;Mulders, 2011;Rathi & Rastogi, 2007) como en adultos y personas mayores (Burrow, Sumner & Ong, 2014;Grouden & Jose, 2015;Krause & Hayward, 2014), profesores (Damásio, de Melo & da Silva, 2013), y pacientes con cáncer (Scrignaro et al, 2015), con dolor crónico (Dezutter, Luyckx & Wachholtz, 2015) y con cuidados de enfermería a domicilio (Gorill, 2013;Haugan & Mosknes, 2013).…”