Caso clínicoPaciente de sexo masculino de 62 años de edad, con antecedente de plástica artroscópica de ligamento cruzado anterior en su rodilla derecha con hueso-tendón-hueso, realizada por uno de los autores (D. L. M.), en 1988.En 2010, el paciente concurre a la consulta con dolor en el compartimiento medial de la rodilla derecha y bloqueos, secundario a actividad deportiva (fútbol recreativo). Luego del examen físico y de evaluar los estudios por imágenes, se llega al diagnóstico de cuerpo libre intraarticular. Se decide realizar una artroscopia de rodilla derecha, en la cual se observó una lesión del cartílago articular en el cóndilo lateral grado 3, según la clasificación de la ICRS, y un cuerpo libre, que fue extraído y se pudo visualizar la integridad de las fibras del neoligamento cruzado anterior. En el mismo acto quirúrgico, se tomaron muestras para análisis anatomopatológico (Fig. 1). El resultado de la evaluación anatomopatológica informó: "estructura ligamentaria con mínimos cambios mixoides de la matriz extracelular" (Fig. 2).A los 15 meses del posoperatorio, el paciente continúa con sus actividades deportivas habituales. Tiene un puntaje de Lysholm de 80 y un valor de 77 en la escala IKDC. En cuanto a la evaluación radiográfica a los 24 años de la cirugía inicial, la escala radiográfica IKDC fue B (leve estrechamiento de la luz articular con incipientes cambios degenerativos) y similar a su rodilla contralateral (Fig. 3).
DiscusiónLa rotura del ligamento cruzado anterior es, hoy en día, una de las lesiones más frecuentes en pacientes jóvenes que realizan actividad deportiva. Actualmente, no existen dudas sobre las ventajas de efectuar una reconstrucción del ligamento cruzado anterior para evitar posteriores cambios degenerativos en la rodilla (artrosis). 1,2 Artículos recientes han postulado a la traslación anterior de la tibia y la aparición de lesiones meniscales y del cartílago articular como algunos de los factores que podrían determinar la aparición de artrosis en pacientes con lesiones del ligamento cruzado anterior.Numerosas publicaciones han reportado los beneficios de la reconstrucción artroscópica del ligamento cruzado anterior a mediano y largo plazo. [3][4][5][6] Se han propuesto distintas técnicas, que difieren entre sí en el tipo de injerto utilizado: hueso-tendón-hueso, tendones isquiotibiales, método de fijación tibial y femoral, ubicación de los túne-les y utilización de portales accesorios, por nombrar las más frecuentes.El empleo del autoinjerto hueso-tendón-hueso está descrito desde 1936 y, por muchos años, se consideró la téc-nica de elección en este tipo de reconstrucciones. 7 Algunas de las ventajas de esta técnica por sobre otras son el mayor nivel de estabilidad y un mejor balance entre las fuerzas musculares cuádriceps-isquiotibiales, aunque algunos autores la asocian con una incidencia más alta de artrosis en relación con otras técnicas. Sin embargo, en cuanto a la evolución a largo plazo, si bien, en los últimos años, se han publicado artículos con evaluaciones clínicas...