“…Una de las formas de turismo sostenible de mayor interés hoy día es el Turismo Rural Comunitario (TRC), entendido éste como una forma de organización empresarial autogestionada por las comunidades (bien sea unidades familiares campesinas por pobladores de una región, por cooperativas o por pueblos indígenas), integrando este tipo de actividad de forma complementaria a las tradicionales llevadas a cabo en espacios rurales (Mbaiwa y Stronza, 2010;Gascón J., 2011;Ruiz-Ballesteros, 2011), de forma participativa (Kieffer, 2014), planificada (Moraes, Ribeiro, y Emmendoerfer, 2013) y sostenible (Sariego, 2014). A través de este modelo se desarrollan prácticas democráticas y solidarias tanto en el trabajo como la distribución de los beneficios (Gascón y Cañada, 2008), buscando una mayor vinculación de las comunidades pobres con el mercado turístico para incrementar sus beneficios (Ruiz-Ballesteros y Brondizio, 2013), y fortaleciendo el sentido comunitario (Flores et al, 2014) y así erradicar la pobreza y marginación (Organización Mundial del Turismo-OMT, 2013). El desarrollo del TRC ocupa y representa una actividad de carácter territorial tomando como base principios de tipo ambiental, social, cultural y económico, donde los recursos naturales y las comunidades locales en conjunto crean una dinámica productiva y económica que contribuye a la integración de una actividad turística (Pérez, 2010;Cabanilla et al, 2017;Cabanilla, 2018).…”