“…Por asociarse en su mayoría con fotobiontes cianobacteriales, estos líquenes contribuyen a la fijación de nitrógeno atmosférico y sirven como fertilizantes naturales (Kelly & Becker, 1975;Becker, 1980;Green, Horstmann, Bonnett, Wilkins & Silvester, 1980;Green & Lange, 1991;Antoine, 2004;Benner, Conroy, Lunch, Toyoda & Vitousek, 2007). Además, por su capacidad de retener grandes cantidades de agua, permiten balancear los efectos de la precipitación y generan un microclima húmedo sobre la vegetación terrestre aún tiempo después que la precipitación haya terminado (Green, Snelgar & Wilkins, 1985;Guzmán, Quilhot & Galloway, 1990;Green & Lange, 1991;Beckett, 1995;Zotz, Büdel, Meyer, Zellner & Lange, 1998). Por lo anterior, contribuyen para que los pára-mos sean fuentes indispensables de agua para áreas metropolitanas como lo es la ciudad de Bogotá (Luteyn, 1999;Crespo et al, 2010;De Brievre & Calle, 2011).…”