La pandemia de la COVID-19 ha tenido un profundo impacto sobre la educación superior. El paso hacia la formación virtual obligó al rediseño del proceso educativo en todos los países, pero sin tiempo para preparar a las instituciones educativas y al estudiantado. Uno de los aspectos más afectados fue el relativo a la evaluación que, al igual que las clases, hubo de realizarse en remoto. Asimismo, los efectos de la pandemia se vieron agravados en áreas de conocimiento que demandan actividades prácticas. Otras preocupaciones han concernido al impacto sobre la salud mental y a la vulnerabilidad financiera de muchas familias. Todo lo anterior ha influido en la reflexión sobre la calidad educativa, y ha generado debates sobre los indicadores para medir las prácticas adoptadas. Por otro lado, en términos de internacionalización, la movilidad académica virtual no ofrece la misma riqueza que la movilidad presencial. A raíz de estas experiencias, los países de América Latina pueden extraer lecciones compartidas ante la educación superior en pospandemia. Los relatos de las experiencias en el contexto brasileño se presentan como una contribución ilustrativa al objeto de estudio de este documento.