“…Aunque existe una voluntad general por humanizar y democratizar el proceso educativo, la alusión a los derechos humanos y a la democracia no aparece en todas las áreas académicas de ninguno de los países analizados, a pesar de ser contenidos transversales, lo cual demuestra que todavía queda camino por recorrer hasta lograr un enfoque que vaya más allá de su mención en asignaturas como "Historia", "Ciencias Sociales" y "Ética" o "Religión" y que impregne toda la práctica educativa. Finlandia e Irlanda reflejan con gran claridad la relevancia de promover una educación basada en los derechos humanos, como una forma de defensa ante problemáticas actuales como las altas tasas de desempleo, terrorismo, xenofobia o el auge de ideologías políticas radicales (Kouros, 2014;Rodríguez Acosta, 2018;Mallon y Martinez-Sainz, 2021;Salmenkivi et al, 2022). Para que el alumnado reciba una formación integral en derechos humanos, además de incluirlos en un mayor número de asignaturas, Finlandia dispone de una mayor intertextualidad con el marco internacional de derechos humanos (Estévez, 2017); es decir, hace referencia a numerosos instrumentos internacionales para no abordar estos en el aula como un concepto aislado, sino enmarcados en una sociedad y contexto concretos.…”