“…Por su parte, Durán y Condorí (2019) analizan un índice de pobreza energética para Argentina y sus aglomerados urbanos en el periodo 2003-2018 y sostienen que, la pobreza energética, disminuyó desde 2003 hasta 2015, año a partir del cual aumentó notablemente a nivel nacional. En la misma línea, Sacco (2017), encuentra para CABA que los niveles de pobreza energética ascendieron a aproximadamente un 53% entre 2016 y 2017, y los pobres energéticos severos (aquellos que dedican más de un 10% del ingreso total familiar) aumentaron un 28%. Cardoso y González (2019) afirman que, aun con la provisión de GLP totalmente subsidiado en ciudades de Río Negro, los hogares mantienen el uso de las estufas a leña tradicionales, debido a su alto poder calórico y fundamentalmente a las tradiciones y la cultura (Cardoso y González, 2019).…”