“…Una de las medidas más populares de buena agricultura es la transformación de la producción de convencional a orgánica (González-Salas et al, 2021), ya que el producto orgánico ha recibido una atención siempre más fuerte por parte de los consumidores (Arce Quesada, 2020) a causa de sus incontrovertibles ventajas sea desde el punto de vista de la salud humana (Andrade & Ayaviri, 2018), sea del punto de vista del bienestar del medioambiente (Torres-Alonso, 2019). En particular, la producción orgánica no solo implica la utilización de abonos y fertilizantes naturales que no contengan químicos nocivos para los seres humanos (Álvarez-Sánchez et al, 2021), pero también necesita la implementación de numerosas de otras buenas prácticas agrícolas, como el uso de buffer zones (Marcano, 2016a), el intercropping (Murillo-Cuevas et al, 2020) y las vallas naturales (Naranjo, 2019). De consecuencia el consumo de productos orgánicos es un ejemplo de consumo sostenible.…”