“…La generación de residuos orgánicos provenientes de la actividad avícola, ganadera y agrícola se ha convertido en una fuente de contaminación de los diferentes sistemas ambientales al no existir un aprovechamiento racional o un reciclaje sistemático (Acosta et al, 2013). La avicultura se presenta como una de las actividades económicas de mayor solidez, no obstante, se estima que un pollo produce 6,9 kg de pollinaza por cada 1000 kg de peso vivo por día, convirtiendo a la pollinaza en uno de los residuos que requiere manejo y aprovechamiento adecuado, con el objetivo de reducir los impactos ambientales de la industria avícola y lograr la sostenibilidad del proceso (Zamora et al, 2019). Por su parte, la demanda de proteína animal y los altos consumos actuales de carne vacuna, han provocado mayor generación de excretas de bovinos, causando contaminación en el aire, suelo y fuentes hídricas, debido a sus altos porcentajes de nitrógeno, potasio y fósforo, y a la indebida disposición final de estos residuos (Velecela et al, 2019).…”