“…Los ecosistemas forestales de ribera son reguladores de importantes procesos hidrológicos (Lowrance et.al, 1998;Tabacchi et al, 2000). Se tiene por un lado, el clima y el suelo como controladores de la dinámica de la vegetación y por otra parte, la vegetación que ejerce una modulación importante sobre el balance total de agua, lo que a su vez la convierte en responsable, en gran medida, de los mecanismos de retroalimentación entre suelo y atmósfera .Los procesos de erosión, transporte y deposición causan la perturbación y alta heterogeneidad del medio y la comunidad científica ha abordado de manera prolífica el cómo estos flujos de materia y energía entre río -inundaciones-, ribera y ladera incentivan el ciclo de sucesión vegetal y los factores bióticos de repoblación de las especies (Azami et al, 2004; Brinson y Verhoeven, 1999;Brookes et al, 2000;Choi et al, 2005;Gergel et al, 2002;Glenz, 2001;Glenz et al, 2003; McGlynn y Seibert, 2003;Ocampo et al, 2006; Shiau y Wu, 2004;Suzukia et al, 2002;Tabacchi et al, 1998 Tabacchi et al, , 2005 Wen et al, 2010;Williams et al, 1998, entre otros).El régimen hidrológico del río a su vez es responsable del mantenimiento del ecosistema (Naiman et al, 2005) y en riberas con períodos cortos de inundación la sequía puede ser un factor incluso más limitante que la inundación misma (Heller, 1969). Por ello, otra rama importante del estudio de dicho ecosistema enfatiza el conocimiento sobre la disponibilidad del agua en la composición, estructura, distribución, crecimiento y desarrollo de la vegetación de ribera (Baird y Maddock, 2005; Horton y Clark, 2000; Goodwin y Tarboton, 2001;Maddock et al, 1998;Scott et al, 2000;Snyder y Williams, 2000;Stromberg et al, 1993; Webb y Leake, 2006;Williams et al, 1998; entre otros).…”