“…Los problemas asociados con el aprendizaje de las matemáticas han sido ampliamente analizados en diversos trabajos (Giné y Deulofeu, 2015;Rodríguez, Molina, Cañadas y Castro, 2015;Fernández y Molina, 2016;Flores y Azumendi, 2016;Fernández y Molina, 2018;Sawyer, 2018), en particular existe un consenso respecto a que los errores que se presentan en el estudio de esta materia surgen a partir de la presencia de obstáculos epistemológicos que se constituyen como una fuente de impedimentos para lograr la concreción de conocimientos contextualizados que permitan un rendimiento escolar favorable (Brousseau, 1983;Pizón y Gallardo, 2000;Cajaraville, Cachafeiro, Fernández, Ferro y Salinas, 2012;Hernández, Prada y Ramírez, 2017;Recalde y Henao, 2018); en este sentido se debe puntualizar que […] el error no es simplemente el efecto de la ignorancia, de la incertidumbre, del azar, como lo creemos de acuerdo con las teorías empíricas o conductistas del aprendizaje, sino el efecto de un conocimiento anterior, que tenía su interés, su éxito, pero que ahora se revela falso o simplemente inadaptado. Los errores de ese tipo no son erráticos e imprevisibles, ellos son establecidos como obstáculos [Brousseau, 1976, p. 168].…”