El cosmopolitismo como modelo moral postula que todos los seres humanos somos iguales, independientemente del origen étnico, social, político, religioso, etc. Como ideología es también una herramienta para resolver problemas globales como el desplazamiento forzado, la discriminación racial, la migración, la violencia, la intolerancia ideológica, la pobreza, el crimen organizado, los problemas ambientales, etcétera. En este artículo reflexionamos sobre la necesidad de incluir en el discurso de la democracia contemporánea, la perspectiva cosmopolita y solidaria para la defensa de bienes comunes a toda la humanidad, más allá de cualquier frontera. Con base en una metodología documental y analítica sostenemos que para hacer frente a los problemas globales que aquejan a la humanidad es necesario el actuar de la sociedad civil desde una perspectiva cosmopolita a partir de la actuación de un “ciudadano cosmopolítico”.