El presente artículo completa la tesis de Arendt-Agamben sobre los refugiados como límites a los derechos humanos. Si este límite se basa en la relación exterior de la nuda vida del refugiado con un Estado, aquí se propone la relación interior de la nuda vida intersexual con un cuerpo mutilado por la biomedicina. Al igual que la persona refugiada, la intersexual pone en cuestión los derechos y el derecho. Se plantean los conceptos cuerpo viviente, precariedad, precaridad y vulnerabilidad como base de una ética del cuidado que produzca otro derecho.