“…Es un tránsito de ambientes formativos presenciales hacia ambientes no presenciales, remotos (León-Cázares et al, 2024), que a su vez permite, la integración de la educación presencial con enseñanza a distancia para desarrollar aprendizajes híbridos (Raes et al, 2020), rasgos que conllevan a caracterizar la educación superior actual como digital-inmersiva, ubicua y transmediática (Crovi, 2024). Esta situación, demanda a las universidades no solo identificar los nuevos y complejos desafíos de la nueva realidad educativa, sino examinar sus fortalezas, capacidades para enfrentarlos, adoptando en lugar de respuestas de emergencia (Murphy, 2020), acciones o políticas con una visión holística, estratégica sobre la transformación digital de la educación superior (Area-Moreira et al, 2021); exige a los docentes universitarios, abandonar los convencionales desempeños y discursos pedagógicos (Flores et al, 2022), reemplazándolos por una formación óptima, continua en modelos de enseñanza híbridos, capacidades que reflejen buenas prácticas, un progreso profesional, calidad de docencia (Brown, et al, 2020;Van-Dijk et al, 2020), innovadores modelos de interacción que implican la movilización de saberes, prácticas, experiencias, discursos vinculados a los nuevos desempeños, representaciones de identidad profesional, niveles de alfabetización digital y concepciones pedagógicas de la enseñanza (Dorfsman & Horenczyk, 2021).…”