El 2020 fue un año marcado por una pandemia que afectó al mundo en general, y a Colombia, en particular. Estar confinados durante varios meses, los problemas sociales como el desempleo, la violencia intrafamiliar, crisis emocionales y depresión son algunas de las más evidentes situaciones que surgieron en el mundo. Colombia no es ajena a estas cuestiones. Además, debimos enfrentar algunas otras decisiones gubernamentales que, a la larga, no fueron convenientes. Tres días sin IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) fueron decretados por el presidente Iván Duque Márquez. Esto contribuyó enormemente a elevar uno de los picos de la pandemia y a nuevas medidas por parte de alcaldes y gobernadores para mitigar las malas decisiones del gobierno nacional. Sin embargo, existe algo más intrigante que esto: el asesinato de líderes sociales durante ese año fue, por decir lo menos, escandaloso. Masacres, camuflados por el presidente como asesinatos colectivos, han sido lo cotidiano en medio del confinamiento. Y eso que se redujeron las muertes violentas en Colombia. El objetivo de este documento es estudiar esas cifras de asesinato de líderes sociales durante el primer año de la pandemia haciendo una comparación con otros años en nuestro pasado. Haré un énfasis particular en los retos que se asumen en este país en una época de pos pandemia.