La experiencia de la dictadura de Primo de Rivera precipitó la llegada al poder, como apoyo doctrinal del primorriverismo, de unas nuevas élites políticas provenientes del catolicismo social, del tradicionalismo y de las juventudes mauristas. Esta nueva derecha autoritaria desempeñó un papel relevante en el origen y desarrollo de movimientos posteriores como Acción Española y la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), y estuvo presente con posterioridad en los distintos grupos que concurrieron en la política institucional del franquismo. De igual modo, el debate público e institucional en torno al Plan Callejo propició la configuración de dos modelos de bachillerato propios de la derecha española, clásico uno y ecléctico el otro, que fueron alternando en la política educativa española hasta la Ley General de Educación de 1970. El primero inspiró la Ley de Bases de Sainz Rodríguez de 1938, y el segundo estuvo en el origen de la reforma del bachillerato de Ruiz-Giménez de 1953.