“…Aunque tampoco hay que olvidar sus efectos negativos, como son la necesidad de economizar en el uso del lenguaje, lo que empobrece la forma de escribir, de pensar y de concentrarse; y la inherente inmediatez que provoca ansiedad o escepticismo ante los problemas ambientales, por la cantidad de información falsa que alberga Internet (Gómez et al, 2018;Tranter & Booth, 2015). Asimismo, no se ha de menospreciar el grave impacto medioambiental de su fabricación, consumo y posterior desecho (Tucho & Eusebio, 2020). Es necesario, pues, valorar cuál es su repercusión a nivel práctico, político, ético, epistemológico, tecnológico y ambiental (Solivérez, 1992).…”