Los avances en la producción y distribución de una o varias vacunas contra el COVID 19 han permitido que este año, el segundo desde el comienzo de la pandemia, empecemos a recuperar algunas de las características de nuestro comportamiento previo a esta situación. Si bien hay quienes esperan que de esta transición emerja una “nueva normalidad”, aún es temprano para hacer un corte de cuentas sobre las transformaciones que probablemente vendrán. En todo caso, lo que sí aparece como un elemento protuberante es la pregunta sobre la política social y sus retos.
En efecto, para enfrentar algunos de los efectos sociales de la pandemia, la mayoría de Estados recurrieron a sus clásicas herramientas de asistencia socioeconómica y, rápidamente, innovaron con medidas para atender a una mayor población u ofrecer los servicios con mayor velocidad. Ciertamente, se trató de un experimento de innovación a gran escala y con efectos mayoritariamente positivos. Este número de Opinión Pública se ocupa, en parte, de poner su atención sobre la política social, para seguir la senda de cada vez mayor rigor y especialización de la revista. Por ello, de los cinco artículos del numero, tres atienden asuntos relacionados con la política social; los dos restantes le apuntan a procesos empresariales.