El presente artículo aborda las características que presenta la frontera norte chilena, en específico la correspondiente a Arica – Tacna y Tarapacá – Bolivia, las cuales se posicionan como aspectos a considerar en la articulación del desarrollo de dicho territorio. Este desarrollo está fuertemente ligado al proceso de descentralizador chileno que, debido a su lento avance, ha favorecido a la centralización de las políticas fronterizas, no considerando las prácticas, costumbres y actores que en ella habitan. A partir de ello, se debe otorgar un nuevo impulso a la descentralización que considere las particularidades de estos espacios, con la finalidad de generar legislaciones que, además de permitir hacer gestión a las comunidades fronterizas, posibiliten el surgimiento de un régimen fronterizo para forjar una visión de futuro integral de estos territorios.