En una obra de gran importancia para la apertura de un sólido campo historiográfico de estudios sobre la(s) mafia(s) italiana(s) en la Argentina, María Soledad Balsas afronta dos desafíos a los que rara vez un/a científico/a social debe atender simultáneamente: por un lado, la necesidad de velar por la especificidad del concepto que resulta central a su análisis frente a un extendido uso social difuso e inexacto, y, por el otro, la búsqueda por probar y documentar su existencia en un contexto socio-comunitario que tiende a su ocultamiento, cuando no lisa y llanamente a su negación. Secreto a voces, resulta por lo tanto, y a la par, un ejercicio de delimitación conceptual y de memoria histórica en un área de vacancia historiográfica que se revela promisoria de cara a futuros avances.El trabajo realizado por Balsas resulta, por lo tanto, una empresa dificultosa y en cierta medida incómoda, por cuanto busca centrar la mirada en un fenómeno que ha sido tradicionalmente invisibilizado y que resulta, a todas luces, incómodo de ver. En este punto, los alcances del volumen no se agotan en el campo de estudios sobre el fenómeno mafioso en la Argentina, sino que tiende puentes de diálogo con otros trabajos que se enfocan en procesos igualmente incómodos atravesados por la colectividad italiana en la Argentina, como aquellos vinculados a la penetración, difusión y organización del fascismo en distintos puntos del interior del país, cuestión sobre la que volveremos más adelante.Si consideramos que la autora no solo pudo superar ampliamente los escollos mencionados, sino que también logró hacerlo en un volumen breve (87 páginas) y de ágil lectura, podemos considerar que Secreto a voces. Mafias italianas y prensa en la Argentina representa una lectura insoslayable, no solo para quienes se interesen particularmente en el tema del libro, sino para todas aquellas personas vinculadas, académicamente o no, a