Los tikunas, divididos en tres países (Brasil, Colombia y Perú), comenzaron con el proceso de escribir su lengua hace ya más de 50 años en Cushillococha (Perú) de la mano del ILV. A partir de la traducción del Nuevo Testamento al tikuna y la creación de las primeras cartillas bilingües tikuna/castellano, los tikunas de los tres países comenzaron a conocer los materiales surgidos en Cushillococha, por lo que no se puede negar la influencia de este primer alfabeto en la creación de las demás propuestas alfabéticas: la de FORMABIAP en Perú, la colombiana y la brasilera. El tema de la unificación ortográfica es peliagudo de tratar, no tanto por dificultades propiamente lingüísticas, sino por diversas razones de índole religiosa, política y nacionalista que influyen directamente en la toma de posición de cada hablante-escritor, lo que hace que la unificación se convierta en un imposible, aunque no tanto en un problema para los tikunas.