“…La milpa ha sido referencia de apego emocional y significatividad sociocultural y socioecológica (De Frece y Poole, 2008;Eakin et al, 2014, Isakson, 2009 y ha sido considerada como un indicador de agrobiodiversidad (Ebel et al, 2017;Moreno et al, 2018;Vázquez et al, 2018), fundamental para la subsistencia de numerosas familias en México (Ayala et al, 2019;Vázquez et al, 2018;Salazar y Magaña, 2016). Incluso, frente a los retos socioeconómicos y ambientales que disminuyen su atractivo para los productores (Gutierrez y Magaña, 2017; López Barreto et al, 2018), se ha llamado a innovar la milpa como policultivo (Ebel et al, 2017;Martín, 2016). Asimismo, el debate sobre la persistencia de la milpa y de su relación con la producción de maíz y la agrobiodiversidad es un debate abierto que se refleja entre aquellos que resaltan la "heterogeneidad del panorama del maíz" en México y de la falta de reconocimiento del "potencial que esta heterogeneidad representa" (Eakin et al, 2014;véase también Brush et al, 2015), y aquellos que afirman que esta diversidad está declinando (Dyer et al, 2014;véase Montenegro, 2016 sobre las dimensiones ontológicas, epistémicas y narrativas de la agrobiodiversidad).…”