“…Los estudios muestran que sujetos con DC presentan alteraciones cerebrales vinculadas con la cognición social (Blair, Colledge, Murray y Mitchell, 2001;De Wied, Van Boxtel, Matthys y Meeus, 2012;Fairchild et al, 2013;Guyer et al, 2007;Nawara, Kronbichler y Thun-Hohenstein, 2012;Woodworth y Waschbusch, 2008). Particularmente, la investigación en las últimas décadas se ha focalizado en el estudio del procesamiento de las emociones y la empatía (Gonzalez-Gadea et al, 2014;Holz et al, 2017;Martin-Key, Brown y Fairchild, 2017;Michalska, Zeffiro y Decety, 2016), empleando principalmente mediciones basadas en modelos clásicos del reconocimiento de rostros como el de Ekman y Friesen (1975). Por ejemplo, estudios comportamentales sobre el procesamiento de emociones en niñas con DC han mostrado que los estímulos basados en las tareas de Ekman y Friesen son sensibles a la medición del reconocimiento de rostros que expresan miedo (Pajer, Leininger y Gardner, 2010) e ira y asco (Fairchild, Stobbe, Van Goozen, Calder y Goodyer, 2010).…”