“…Por otra parte, en lo que se refiere a la capacidad de regulación emocional (EODE2_RE), en todos los casos la música ha servido, en alguna o en varias sesiones, para alcanzar momentos de relajación y de calma (Clark, 2002;Grocke y Wigram, 2011;Powell, 2007), así como para aumentar la capacidad para verbalizar los problemas y necesidades emocionales y encontrar solución o respuesta ante ellos (Colegrove et al, 2019;Kang, 2017;Wigram et al, 2011). En otras palabras, en todos los casos, en algún momento de la intervención se ha podido observar cómo las sesiones de Musicoterapia han ayudado a los niños a canalizar emociones que estaban latentes en su mundo interior, pero que no encontraban una forma de expresión.…”