“…El estudio de las emociones en las ciencias sociales durante las últimas décadas se ha caracterizado por una proliferación de críticas y debates que circulan entre la dimensión natural y social que las componen (Brown & Stenner, 2009;Cromby, 2012;Enciso & Lara, 2014;Greco & Stenner, 2013;Lara & Enciso, 2013;Wetherell, 2012). Como consecuencia, la conceptualización de las emociones se encuentra en diversos dominios teóricos, entre los que se destaca el de las bases biológicas, fisiológicas y neurológicas (Darwin, 1998;Frijda, 1986;Izard, 1993;James, 1884;LeDoux, 1996LeDoux, , 2000Vigotsky, 2004); el del mundo de los significados y la construcción social de la realidad (Belli & Íñiguez-Rueda, 2008;Edwards, 1997Edwards, , 1999Edwards, , 2007Fernández-Christlieb, 2000;Gergen, 2006;Potter & Hepburn, 2007); el de las propuestas críticas desarrolladas en el marco del Giro Afectivo Gestión Humana (Greco & Stenner, 2013;Massumi, 2002;Sedgwick, 2003), y el de las propuestas que han integrado la dimensión natural y social de las emociones (Blackman & Cromby, 2007;Brown & Stenner, 2001Cromby, 2007;Wetherell, 2012Wetherell, , 2013aWetherell, , 2013b.…”