“…La tomografía es la prueba diagnóstica de elección, pues permite diferenciar los varios tipos de neoplasias quísticas con base en los siguientes criterios: localización, patrón intralesional (unilocular, oligoquístico, poliquístico), calcificaciones, comunicación con el conducto pancreático principal o los ductos laterales, septos y presencia de nódulos murales (13); sin embargo, en años recientes la ecografía endoscópica con o sin aspiración con aguja fina se ha afianzado como estrategia de estudio efectiva y segura en la clasificación de lesiones quísticas y sólidas del páncreas, que da información cuando el diagnóstico no es claro y confirma la presencia o ausencia de características de riesgo o el diagnóstico de malignidad (14,15).…”