Este artículo tiene como objetivo analizar el persistente reclamo de Uruguay de flexibilizar la disposición de Mercosur para negociar acuerdos de comercio preferencial (ACP) con terceros países de forma conjunta, con miras a identificar: (1) los factores que han impulsado este planteo; y (2) los límites que ha encontrado. El argumento principal propuesto es que más allá de las coyunturas políticas, tanto los impulsos como los límites responden a combinaciones de factores económicos y políticos más bien estructurales. Por ende, en ausencia de cambios en las posiciones de sus socios del bloque, que por cierto Uruguay no controla, se constata una tendencia hacia el statu quo. Para sostener el argumento, a nivel empírico se analiza en primer lugar la evolución histórica de Mercosur y sus relaciones externas. Y, en segundo lugar, se profundiza en la coyuntura actual, signada por los esfuerzos del gobierno uruguayo de firmar un ACP bilateral con su principal socio comercial, China.