“…La discapacidad funcional se evaluó en términos de calidad de vida (mejoría en base al cuestionario SF-36 (Fernández Miranda, 2003; Fernández Miranda, González Gª-Portilla, Saiz Martínez, Gutiérrez Cienfuegos y Bobes García, 1999; Fernández Rodríguez, Fernández Sobrino y López Castro, 2016; Iraurgi Castillo, 2008; Ware y Sherbourne, 1992)), satisfacción con el tratamiento y con el servicio (mejoría en base a Escala de Verona de Satisfacción con el Servicio (Pérez de los Cobos et al, 2004)). Se consideró si tras la intervención pudiera haber una mejoría en el funcionamiento social (en base a la Escala de Apoyo Social de Duke-UNC (Ayala et al, 2012; Bellón Saameño, Delgado Sánchez, Luna del Castillo y Lardelli Claret, 1996; de la Revilla et al, 1991)).…”