“…Para entender los nuevos roles de la mujer en el cristianismo protestante latinoamericano actual es importante describir dos tendencias generales opuestas: los cristianismos conservadores y los cristianismos emergentes. Aunque en países como México, el grupo de cristianos conservadores está constituido principalmente por los protestantismos históricos, los grupos evangélico-pentecostales y, de manera más reciente, los grupos carismáticos/neopentecostales, en otros países de América Latina, como sucede con el caso de Argentina, los protestantismos históricos han integrado la bandera de los derechos sexuales y reproductivos a su agenda teológica (Tarducci, 2018). Más allá de estas particularidades, los cristianismos conservadores suelen estar asociados al crecimiento político de la derecha y consolidan una corriente marcada por un sentimiento de nostalgia de tiempos en los cuales las normas socioculturales se encontraban ligadas de manera cercana con los deberes cívico-religiosos judeocristianos (Almeida, 2017).…”