La producción de maíz de grano amarillo en México es deficitaria, durante 2016 se importaron 12.2 millones de t (FIRA, 2016) para satisfacer la demanda anual, que es superior a 15.3 millones de t, de las cuales 75.7 % del maíz amarillo que se utiliza en México es de uso pecuario, principalmente como fuente de energía para la elaboración de alimentos balanceados. Partiendo de que el aceite del grano de maíz aporta 2.25 veces más energía que el almidón (Alexander, 1988), la utilización de maíz amarillo con alto contenido de aceite (ACA) podría tener impacto significativo en la alimentación pecuaria de rumiantes y monogástricos (bovinos, caprinos, porcinos, aves, entre otros). De acuerdo con Lambert (2000), un maíz ACA debe tener más del 6 % de aceite total en el grano, mientras que un maíz normal tiene de 2.0 a 5.0 %.