Tal y como nos recuerdan la WHO y la UNESCO (2021), la educación y la salud son derechos humanos fundamentales y esenciales que, junto con la necesidad de seguridad y protección, garantizan el desarrollo económico y social. Contar con centros educativos seguros y saludables como espacios donde se promueva y proteja la seguridad y la salud es una cuestión que nadie discute, pues la escuela desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las habilidades para la vida. Ahora más que nunca, y tal y como se ha puesto de manifiesto con la situación generada por el virus COVID19, es importante que las escuelas contribuyan al bienestar en un entorno de aprendizaje seguro y saludable para todos los miembros de la comunidad educativa. La creación y gestión de centros seguros y saludables requiere de la puesta en marcha de mecanismos y recursos, así como de la implicación de los equipos directivos y profesorado, sólo posible si cuentan con la formación y herramientas necesarias para ello. La presente aportación analiza, en este contexto, la importancia de la formación del profesorado no universitario, principalmente de educación infantil y primaria, para logar su alfabetización en cuestiones de seguridad y salud escolar, proponiendo un decálogo de competencias e indicadores/estándares de actuación para la gestión de centros seguros y saludables.