“…Esto indica que el efecto del proceso de mutación es similar o mayor con respecto a la migración y puede ser el recurso primario más probable de la estructura genética observada (Balloux y Goudet, 2002;Hardy et al, 2003) y con una menor variación genética entre las poblaciones que la observada dentro de las poblaciones, como es común que suceda en especies de coníferas (Ledig et al, 2001;Delgado y Piñero, 2008). Aunque existen pocos estudios que han estimado la estructura genética con SSRn en pinos, el resultado es similar a los obtenidos en P. strobus (F ST =0.104; Zinck y Rajora, 2016), P. pseudostrobus (F ST =0.152), P. douglasiana y P. oocarpa (FST=0.131) para ambas especies (Dvorak et al, 2009;Ramírez Enríquez et al, 2019); también a los reportados con el uso de otros marcadores genéticos como las isoenzimas (P. pinceana Gordon, F ST =0.152, Ledig et al, 2001;F ST =0.240, Molina-Freaner et al, 2001), o los ISSR (P. cembroides Zucc., F ST = 0.260, Fuentes-Amaro et al, 2019). Este comportamiento se ha observado para la mayoría de las especies de coníferas mexicanas, pues su distribución es fragmentada y aislada, lo que reduce los niveles de flujo genético y en consecuencia se incrementa la diferenciación genética con la fijación de distintos alelos en las poblaciones (Ledig et al, 2001;Delgado et al, 2002).…”