“…Como punto de partida tomamos los estudios que previamente hemos mencionado (Baron-Cohen, 1998, 2005Belinchón, 1995;Frith, 2004;Gómez-León, 2019;Happé, 2005;Martínez-Sanchís, 2015;Mundy & Burnette, 2005;Ozonoff, 2000;Tirapu & Luna, 2011;Uta Frith, 2004;Ojea, 2004Ojea, , 2012Pennington, 2000;Premack & Woodruff, 1978;Riviére, 2001;Rusell, 2000), los cuales, han evidenciado diversas dificultades en el entramado emocional en el alumnado con autismo, la presente investigación detalla las necesidades más representativas que este grupo expresa durante el periodo de edad comprendido de los 3 a los 16 años. A pesar de las limitaciones por no clarificar el vínculo entre las variables o la baja representatividad de la muestra, por ser el TEA un trastorno muy extendido (Jones, 2019), se han evitado sesgos de información a través del glosario, donde se describía de forma clara y precisa aquello que se deseaba evaluar. Rusell (2000) con la teoría de la disfunción ejecutiva recoge las dificultades de alumno con TEA en la autoconciencia y control de las emociones.…”