“…Sin embargo, debido a su carácter emergente, no es abundante la literatura científica sobre experiencias educativas basadas en escape room en educación superior (García-Tudela et al, 2020). No obstante sí que existen buenas prácticas desarrolladas en el grado de Educación Infantil y Primaria (García-Tudela et al, 2020;Moreno-Fuentes, 2019), Educación Social (Sierra-Daza & Fernández-Sánchez, 2019, Enfermería (Adams et al, 2018;Gallegos et al, 2017;Gómez-Urquiza et al, 2019), Farmacia (Eukel et al, 2020;Nybo et al, 2020), Ingeniería (De la Flor et al, 2020Gordillo et al, 2020) o Arquitectura (Onecha et al, 2019), con resultados positivos a la hora de potenciar el trabajo cooperativo o favorecer, por ejemplo, el desarrollo de competencias clave y de contenidos propios de la asignatura. Es más, una reciente publicación, realizada por Moore & Campbell (2021), evidencia su idoneidad para mejorar el aprendizaje a través de una práctica multidisciplinar, el trabajo en equipo y la toma de decisiones colaborativas; además de otras habilidades como la creatividad, la capacidad de liderazgo y el pensamiento crítico (Fotaris & Mastoras, 2019;Watermeier & Salzameda, 2019).…”