El concepto de emergencia en dermatología implica aquella situación patológica con riesgo vital inmediato para el paciente. Evidentemente, no hay muchas, pero las hay: sepsis de origen cutáneo, infecciones graves, necrólisis epidérmica tóxica ( fig. 1), psoriasis pustulosa eritrodérmica ( fig. 2), enfermedades ampollosas generalizadas y algún cuadro más que suponga una insuficiencia cutánea aguda ( fig. 3). Otro concepto es el de urgencia dermatológica, que es la que implica que el paciente demande atención inmediata. Y aquí sabemos todos que hay muchísimas, aunque no constituyan una situación de emergencia. Un 6-10% de los pacientes que acuden a un Servicio de Urgencias lo hacen por dermopatías, con trastornos de lo más variados: infecciones, eccemas, urticarias, reacciones cutáneas por fár-macos, picaduras y un amplio abanico de procesos, como dermatosis neutrofílicas, psoriasis, dermatitis de contacto o atópica, e incluso afecciones tumorales, enfermedades de transmisión sexual y su equivalente de venereofobia, etc. Hay referencias bibliográficas que afirman, como era de esperar, que las afecciones cutá-neas no se tratan adecuadamente si no es por dermatólogos y reconocen una escasa correlación entre el diagnóstico de presunción de la dermopatía por los médicos no especialistas y el diagnóstico final 1 . Esta afirmación conlleva, entre otras conclusiones, una incorrecta derivación a Urgencias de hasta un 24% 2 . Datos publicados en España encuentran un 10% de casos dermatológicos en Urgencias de Pediatría en el Hospital Pediátrico Valle de Hebrón, con una tasa de ingreso del 6%, cifra considerable que apoya la necesidad del dermatólogo en un Servicio de Urgencias.Desde hace unos años, se organiza el curso de «Urgencias en dermatología» en el Hospital