Introducción: La etapa infantil es el momento en el que se desarrollan los factores de riesgo que pueden desencadenar en edades adultas enfermedades relacionadas con la alimentación. Éste es el momento adecuado para instaurar las bases de una alimentación saludable. El objetivo del presente estudio fue evaluar la adherencia a la Dieta Mediterránea de niños, los conocimientos sobre hábitos saludables de niños, padres y profesores antes y después de una intervención de educación alimentaria, así como evaluar su eficacia. Material y Métodos: Estudio transversal en el que participaron 94 estudiantes de edades comprendidas entre 3 y 6 años, 12 padres y 8 profesores. Se calculó el grado de conocimientos sobre hábitos saludables mediante cuestionarios ad hoc de todos ellos y la adherencia a la Dieta Mediterránea de los niños mediante el Test de Calidad de la Dieta Mediterránea en la infancia y la adolescencia. Resultados: Se consiguió un aumento significativo en los conocimientos globales sobre hábitos saludables (t=-6,29; p<0,001), así como los referentes al número de comidas (t=-2,35; p<0,05) y frecuencia de consumo de fruta (t=-3,92; p<0,01), verdura (t=-2,35; p<0,05) y pescado (t=-7,42; p<0,001) de los padres y en los conocimientos sobre actividad física (t=-2,58; p<0,05) de los niños. Los padres de los niños con mayor adherencia a la Dieta Mediterránea mejoraron sus conocimientos sobre hábitos saludables de manera significativa (ρ=0,75; p<0,01). Conclusiones: Son necesarias intervenciones educativas dirigidas a niños, padres y educadores para aumentar los conocimientos sobre alimentación saludable. Con intervenciones de educación alimentaria se consigue una mejora en los conocimientos de los padres, principales responsables de la alimentación de los menores.
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